miércoles, 7 de diciembre de 2011

Tigresa

Hoy cuando he vuelto a casa he visto en la camita de la perra un pellejo de animal; pelo negro, rechupeteado, relamido..., ¿qué había pasado?
Primero pensé en un gatito negro que rondaba por aquí..., pero enseguida descarté la idea, el pelo no era de gato y la Xiki no estaba arañada...
La cuestión no se me iba de la cabeza... Estaba en ello cuando recordé haber visto por las cercanías un lindo conejito oscuro y manso... (me extrañó, los autóctonos son marrones y mucho más espabilados) La Xiki iba atada, que si no...
¿Pero cómo se había metido el supuesto gazapo en mi casa de altos muros?

Esta gata atigrada se llama Moisés; bueno, ese fue su primer nombre recien salvada de las aguas,... le llamamos Moi. Con frecuencia (demasiada) trae a casa lo que caza; salamanquesas, lagartijas, serpientes, ratas, ratones, pájaros, musarañas..., y en una ocasión un conejito. Muchos de ellos aún vivos, por lo que si estoy atenta en muchas ocasiones se han podido salvar de sus fauces...

Y lo peor es que la comprendo, la admiro por conservar su instinto...

Ahora imagino a las dos, a la perra y a la gata, pasándose un día chupi a costa de un tonto conejo humanizado...
Puede que la explicación sea otra..., pero esta me cuadra.
(Ya he revisado bajo las camas y en otros rincones donde a veces me encuentro los restos de la caza)
Snif!

8 comentarios:

Segundo Sánchez dijo...

Vaya fotos, me están entrando ganas de tener un gato, pero hay que hacer un cónclave familiar para tomar la decisión.
Un saludo.

Transi Robles dijo...

Hola Valverde de Lucerna, ya sabes que a pesar de sus inconvenientes tener gatos cerca me apasiona...
Y sufro mucho cuando me traen sus capturas..., pero hay que comprender que lo que hacen es aportar alimento a la casa...
Si vives en el campo te lo recomiendo, aquí cuando no ha habido gato, las ratas venían a comer del alpiste que ponía para los pájaros...
Y cuando la fiera duerme, como ves es todo un espectáculo.
Gracias y un abrazo.

Segundo Sánchez dijo...

Por eso es la discusión porque hace diez años vivíamos en un pueblo y le teníamos un sitio fuera de casa para ellos, donde dormían, comían y parían, nos gustan mucho a todos, pero ahora vivimos en un piso y ese es el problema. Ya veremos.
Un abrazo.

Guillermo García-Saúco dijo...

En estos casos, Transi, solo nos queda decir "que aproveche!!". JAJA que malo soy.
Besos

Transi Robles dijo...

Hola de nuevo, Valverde, en un piso tienes la ventaja de que lo controlas, no se escapa, no te trae comida..., es diferente. Pero se disfruta igual de su compañía.
Otro abrazo.

Transi Robles dijo...

Hola Guillermo!
De malo nada, es la vida, son los predadores urbanos..., mantienen a las ratas a distancia... Hace años viví en un piso en Alicante ciudad y las ratas (casi tan grandes como los gatos mismos) subían por los cables de la fachada... Vaya repelús daba.
Gracias por saludar y un abrazo.

Tomás dijo...

No he tenido nunca un gato, pero por lo que comentan suelen ser fríos y calculadores. Y viendo las imágenes es eso lo que me transmite también.
Al menos, hacen una buena labor ahuyentando -y merendándose- roedores.
Saludos.

Transi Robles dijo...

Un poco sí Tommy... Pero saben ser calientes, dulces y sumisos cuando quieren... Desde luego, son mucho más independientes que los perros, por ejemplo. Y a lo largo de la historia se han ganado estar al lado de los humanos...
Encantada de verte por aquí, un abrazo.